10/6/08

Un encuentro con Spiderman

En uno de mis viajes a Colombia para comprar magia de la buena, me tope con un mochilero. Un pibe joven, flaquito, con cara de buen tipo. Nos pusimos a charlar y me contó que era fotógrafo de un diario en New York, pero por motivos personales decidió recorrer otros lugares.

Mi instinto, sagaz como una gacela, me decía que esta persona ocultaba algo importante. Prendí un finito, porque cuando ahumeo mi cerebro soy mucho más perspicaz, y comencé el interrogatorio cual agente de la CIA.

-Cómo te llamas? - Le pregunté con cara de Sherlock Holmes.
-Peter Parker. - Me dijo.
-Pero vos sos Spiderman!!! – Dije emocionado como Niembro en un vestuario de hombres.
-Si, y qué? – Me respondió.
-No, nada… que loco – Le dije y luego pegué una pitada grosa que me quemó los dedos.

Con el secreto ya develado continuamos charlando. Me contó que se había escapado de New York porque Mary Jane lo había descubierto enfiestado con El capitán América, Thor y Hulk, y también porque los malos de ahora estaban todos locos, no era lo mismo luchar contra el “duende verde” que contra un taliban lleno de explosivos.
Yo le conté que era de Argentina y me dijo estuvo viviendo dos años en nuestro país. Tenía una casita de fiestas en Morón, pero la tuvo que dejar porque le hacía muy mal.

En ese momento, el cantinero del bar donde estábamos, tiro un poco de insecticida para matar unas moscas. Cuando la nube toxica llego a nuestra mesa, Peter cayó al piso y empezó a moverse como imitando un baile de Sandro. Vino una ambulancia y el médico dijo que eran convulsiones. En el apuro por llevarlo al hospital olvidaron agarrar el bolso de Peter, así que me lo lleve yo. Dentro de bolso había una foto de Hulk, Thor y El capitán América, el traje de Spiderman con olor a bolas y un CD que tenía escrito “La casita de fiesta de Spiderman”.

Acá les dejo el contenido:




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